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martes, 12 de diciembre de 2017

LOS RIESGOS PSICOSOCIALES PRINCIPAL FUENTE DE SINIESTRALIDAD LABORAL EN ESPAÑA. ACTUACIONES CONTRARIAS A LOS DERECHOS DE LOS EMPLEADOS PÚBLICOS EL CALDO DE CULTIVO EN LA ADMINISTRACIÓN...

La Dirección General de Función Pública ha realizado la coordinación del Proyecto Europeo de Factores Psicosociales desarrollado en el seno del Comité del Dialogo Social Europeo que ha finalizado...después de 2 años y ...se cuenta que... nos presentará en breve la guía de gestión de riesgos psicosociales elaborada, que estará accesible para el personal de la Administración General del Estado.

Se ha estudiado la situación de los empleados públicos en la Unión Europea: Trastornos músculo-esqueléticos, envejecimiento poblacional (factor que puede acarrear un aumento de daños a la salud y la aparición de nuevas patologías), aumento de patologías relacionadas con factores psicosociales, problemas de salud originados por los nanomateriales, riesgos biológicos, procesos tecnológicos innovadores, riesgos derivados de las nuevas formas de organización del trabajo y cambio de las relaciones laborales, patologías no traumáticas (infartos, ictus…), y patologías de la voz.

Los riesgos psicosociales --categoría que engloba los traumas psíquicos, el estrés, el acoso moral o mobbing, el síndrome del quemado o las depresiones-- se han convertido en los últimos años en la principal fuente de siniestralidad laboral, tanto en España como en Europa, y todo apunta a que lo seguirán siendo en el futuro.

Es conocido que algunas formas de trabajo (trabajo a turnos o nocturno) entrañan más riesgo de trastornos psíquicos, psico-somáticos o de comportamiento. Pero otros van ligados a las fórmulas cada vez más flexibles de organización del trabajo, especialmente en materia de jornada laboral y a una gestión de recursos humanos más individualizada y orientada hacia un rendimiento obligatorio. La presión de tener que acabar el trabajo en un tiempo limitado; las relaciones jerárquicas; las responsabilidades adicionales; la falta de apoyo y valoración son, entre más, factores que aumentan el estrés en el trabajo.

Todo ello por no mencionar los cambios en la naturaleza de los riesgos producidos como consecuencia de una inadecuada dirección y organización de la Administración, que comprenden materias tales como el diseño de las tareas de los puestos de trabajo, la carrera profesional del trabajador (determinada en innumerables ocasiones de forma subjetiva y al libre albedrío del superior inmediato), el ámbito de decisión y control de cada uno de los puestos de trabajo, el rol desempeñado en el lugar de trabajo, la distribución de jornadas y horarios y, fundamentalmente, las relaciones del personal entre sí y con el entorno social.

La presencia de dichos factores puede dar lugar a que se manifieste una situación de estrés laboral y de ésta derivarse la producción de siniestros laborales. Incluso las agresiones verbales (violencia o amenaza de violencia, “acoso verbal” o psíquico) de los propios "compañeros", de los "jefes/jefazos/jefecillos", de los ciudadanos o usuarios, pueden ser factores desencadenantes de lesiones.

Son los Tribunales quienes, a golpe de sentencia, se están encargando de ir delineando progresivamente, y aún de una forma embrionaria, la dimensión jurídica tanto del acoso moral en el trabajo, como del resto de riesgos psicosociales, así como de identificar y adecuar los resortes legales vigentes y practicables --sustancial y procesalmente-- para dar respuesta a estas situaciones, pues, obviamente, la ausencia de una ordenación propia y privativa, tanto en la vertiente preventiva como en la reparadora, en modo alguno supone un completo vacío de regulación, ni la carencia de instrumentos eficaces para proteger a los trabajadores frente a estas nuevas contingencias profesionales.

Mencionamos un párrafo de importancia "prevenir y no curar" de una de las últimas Sentencias que condena a un Ayuntamiento a la indeminización correspondiente por los daños causados y su permisividad al respecto de los Riesgos Psicosociales:
En el ordenamiento interno el hecho de que los daños psíquicos no aparezcan contemplados en el listado de enfermedades profesionales hace que la jurisprudencia los trate como accidentes de trabajo cuando dan lugar a situaciones incapacitantes.

Las enfermedades se diferencian del accidente precisamente en que su manifestación no siempre será súbita y violenta (como es el caso de los accidentes en sentido estricto o de algunas enfermedades comunes --infartos, hemorragias cerebrales, etc.--) sino que, en ocasiones, su aparición no responderá a un momento concreto y no derivará de un acto violento con manifestación externa.

Es más, junto a los agentes físicos, químicos, biológicos o mecánicos que pueden objetivarse y evaluarse y a los que cabría calificar de “visibles”, cobran importancia día a día, por su influencia en la salud integral de la persona, cuantos han venido a denominarse “invisibles”, por estar vinculados a elementos como el estrés, la carga mental, el ambiente laboral nocivo o el deterioro del propio edificio en el que se desarrolla el trabajo.

El hostigamiento psicológico laboral puede encontrar vías de ataque apropiadas contra la víctima: no asignándole función alguna, o tareas sin sentido, cuestionando permanentemente sus decisiones sobre cómo y cúando actuar o juzgando su desempeño como insuficiente de manera ofensiva.

No cabe olvidar cómo los centros en los cuales el empresario ejerce de forma abusiva sus facultades directivas, tomando decisiones que constantemente pueden afectar a las funciones o tareas encomendadas a los trabajadores o a otros aspectos organizativos de la relación laboral (en una especie de “tiranía”) constituyen un importante caldo de cultivo para la aparición de un claro malestar. Aun cuando estas decisiones pueden estar fundamentadas en los márgenes de actuación del poder directivo y, por ello, formarían parte del ejercicio cotidiano del ius variandi (facultad de modificar las formas y modalidades del trabajo) lo cierto es que si las mismas no se producen dentro de un marco reglado, pueden llegar a ser arbitrarias o caprichosas, provocando el sometimiento de uno o varios empleados a cambios continuos de puesto de trabajo, la asignación permanente de tareas adicionales o una distribución arbitraria de las mismas, pudiendo estas últimas actuaciones, dañar al resto.

Comportamientos de este tipo pueden concebirse como actuaciones desviadas del fin institucional y contrarias a los derechos de los trabajadores, repercutiendo negativamente en su bienestar emocional.

Conectada también con un ejercicio abusivo de las facultades directivas, aunque con matices propios, no es infrecuente la existencia de una serie de prácticas empresariales de carácter despótico en las cuales la productividad constituye un fin en sí mismo con abstracción de los medios para alcanzarla. Son prácticas consistentes en el sometimiento de los empleados (a todos o a gran parte de ellos) a una presión constante (sobrecarga laboral, miedos, amenazas, fomento de la competitividad encarnizada, supervisión del trabajo mediante vigilancia electrónica permanente --stalking--...) como medio para incrementar su dedicación y rendimiento. Estos métodos, anclados en una concepción desconocedora del valor del capital humano, convierten el ambiente de trabajo en un espacio hostil y deshumanizado capaz de generar patologías sociolaborales asociadas al estrés.


Si importante es prestar atención a la protección de la salud de los trabajadores, lo es también erradicar conductas desviadas que tiendan a la confusión o al abuso. Muchos de estos "abusadores" se niegan a abandonar el "sillón", incluso a muchos de ellos la autoridad competente, pese a conocer sus arbitrariedades y alegalidades, les permite seguir "apoltronados en su sillón". Ya sabemos que el ser humano muestra caras muy diferentes y, a veces, la búsqueda de beneficios personales se hace con tal profusión que flaco favor hacen a quienes verdaderamente precisan de ayuda. Por ello mismo, el papel del juzgador se erige relevante para evitar la fácil inclinación de la balanza cuando se trate de dilucidar conflictos entre trabajadores de abajo y trabajadores de arriba.

Y es que en la actualidad se dispone de numerosas evidencias científicas que confirman que la exposición a los factores de riesgo psicosocial afectan a la salud. A corto plazo a través de lo que denominamos situaciones estresantes, que incluyen diversos aspectos de la salud física, mental y social. A largo plazo esta exposición puede provocar alteraciones cardiovasculares, respiratorias, inmunitarias, gastrointestinales, dermatológicas, endocrinas, musculoesqueléticas y de la salud mental.

¿Te sientes identificado? A C T U A...

Tan importante es prestar atención a estos riesgos psicosociales que la misma Unión Europea viene considerando esta actuación prioritaria en sus estrategias sobre seguridad y salud laboral....y España que lo vea...


8 comentarios:

  1. Magnífica entrada y lo redactado en ella, muchas gracias por seguir informando con estas magistrales informaciones. Ojalá sirva para que de verdad el que se,sienta identificado...ACTÚE. GRACIAS Plataforma.

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  2. Exquisito, muy bueno.
    Ahora falta saber quién/es le pone/n el cascabel al gato. La frase de la fotografía es demoledora, y no precisamente contra los jefes, sino contra los "ayudantes"

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  3. Aqui no actúa nadie, no nos engañemos. Algun que otro si han tenido la dignidad de denunciar los,abusos e ilegaludades del que todos conocemos y que aun tiene pendiente un recurso ante la justicia. Enhorabuena este estupendo blog, cada entrada se suoera.

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  4. Meveo relflejada.y lo q es peoe LO VEO A EL.Antes me dobló ahora NOOOo

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  5. Un asunto de importancia y que no tiene muchos comentarios ni para bien ni para mal. Lo que aquí se cuenta es una realidad y ocurre a diario. Me parece increible la poca aceptación que tienen algunos post que son la vida misma.
    Gracias a la Plataforma por informar sobre este tema porque a mi si que me preocupa....llevo aguantando más de un año y estoy esperando respuestas de mi sindicato....y ahí sigo esperando....

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    1. Quizas debas pasar de tu sindicato, si llevas tanto esperando es por algo, piensa mal y acertaras. Tira por la via judicial y sin sindicatos por medio, te lo aconsejo, por experiencia.

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    2. Me quitaste las palabras de la boca Anónimo 17 de diciembre de 2017, 12:38, ningún sindicato hace nada por nadie más que colgarse medallitas despues si llega el caso. Mucho bla, bla y bla y solo se ayudan si el problema es de uno de ellos.

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  6. Burocracia pura y dura, se realizan demasiados informes, estudios y pamplinas y despues nadie hace nada.

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